
La sensibilidad dental (o hipersensibilidad dentinaria) es una molestia muy frecuente: ese dolor punzante y breve al tomar algo frío, caliente, ácido o al respirar aire frío puede condicionar tu día a día. En Instituto Orgaz Dental abordamos la sensibilidad con un enfoque diagnóstico preciso y soluciones personalizadas, desde medidas domiciliarias hasta tratamientos profesionales (in-office) y, en casos severos, procedimientos restauradores para que vuelvas a disfrutar sin limitaciones. Este artículo te explica por qué aparece la sensibilidad, cómo se diagnostica, las opciones de tratamiento más eficaces y las pautas de prevención que realmente funcionan.
¿Qué es la sensibilidad dental y cómo se produce?
La sensibilidad dental se produce cuando la dentina, la capa que hay bajo el esmalte y alrededor de la raíz, queda expuesta y sus túbulos se comunican con el nervio. Al aplicarse un estímulo térmico, químico o osmótico, el movimiento de los fluidos dentro de esos túbulos genera un estímulo doloroso que el paciente percibe como un calambre o punzada intensa y fugaz. No siempre indica infección; muchas veces es un signo de desgaste o retracción que puede y debe corregirse.

Causas más habituales de la sensibilidad dentinaria
La sensibilidad tiene un origen multifactorial. Entre las causas más frecuentes están:
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Erosión ácida por consumo habitual de bebidas ácidas (refrescos, zumos, bebidas isotónicas) o reflujo gastroesofágico.
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Desgaste por fricción por cepillado agresivo o uso de pastas abrasivas.
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Abrasión por hábitos como usar dientes como herramientas.
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Bruxismo (apretamiento o rechinamiento) que desgasta el esmalte y expone la dentina.
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Retracción gingival por enfermedad periodontal o higiene traumática, que deja la raíz al descubierto.
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Tratamientos dentales recientes (blanqueamientos, operaciones periodontales, colocación de coronas) que pueden generar sensibilidad transitoria.
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Fallas en sellados o microfiltración de empastes que exponen dentina.
Identificar la causa es esencial para aplicar la solución adecuada y evitar recurrencia.
Diagnóstico: cómo evaluamos la sensibilidad en la clínica
En la consulta realizamos una historia clínica detallada (hábitos alimentarios, rutina de higiene, bruxismo, antecedentes de reflujo o medicación) y una exploración clínica: comprobamos la presencia de retracciones, abrasiones, restauraciones defectuosas y signos de enfermedad periodontal. Complementamos con pruebas sencillas aire a presión, estímulo térmico controlado, prueba de percusión y radiografías cuando sospechamos compromiso pulpar o lesiones subyacentes. Este protocolo nos permite distinguir entre sensibilidad dentinaria reversible y dolor que requiere endodoncia.
Tratamientos domiciliarios (primer escalón)
Muchos casos leves mejoran con medidas sencillas que el paciente puede aplicar en casa:
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Pastas Desensibilizantes: contienen nitrito de potasio, fluoruro de estaño o compuestos que taponan los túbulos dentinarios. Su efecto aparece tras un uso continuado (2–4 semanas).
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Técnica de cepillado suave: usar un cepillo de cerdas suaves y técnica no abrasiva reduce la progresión de la retracción.
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Cambio de pasta: evitar pastas muy abrasivas o “blanqueantes” frecuentes.
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Moderar alimentos ácidos: limitar refrescos, cítricos y comidas ácidas; enjuagar con agua tras su consumo y esperar 30–60 minutos antes de cepillar.
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Chicles con xilitol: estimulan la saliva y ayudan a neutralizar ácidos.
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Protección frente al bruxismo: si hay apretamiento dental, el uso de una férula de descarga nocturna puede frenar el desgaste.
Estas medidas, bien indicadas y seguidas, alivian muchos casos sin necesidad de intervención profesional.
Tratamientos profesionales en consulta (in-office)
Cuando la sensibilidad persiste o es intensa, ofrecemos tratamientos clínicos de probada eficacia:
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Barnices y geles de flúor de alta concentración: reforzar el esmalte y sellan túbulos, proporcionando alivio rápido.
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Recubrimientos de dentina con agentes biopoliméricos o ionómeros de vidrio: crean una barrera física sobre la dentina expuesta; son ideales en zonas con retracción o abrasión.
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Adhesivos y resinas compuestas: en lesiones localizadas (abfracciones o fisuras), una restauración adhesiva restablece anatomía y elimina la sensibilidad.
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Terapia láser de baja intensidad: reduce la transmisión del dolor y estimula la reparación tisular en algunos protocolos como coadyuvante.
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Infiltraciones de flúor o nitrato de potasio supervisadas: según la necesidad clínica.
La elección del tratamiento depende de la causa, la extensión y la localización de la sensibilidad.

Tratamientos avanzados y cuándo considerar endodoncia
Si la sensibilidad se acompaña de dolor espontáneo, prolongado o signos de daño pulpar (dolor nocturno, hinchazón, fístula), el problema puede haber trascendido a la pulpa y requerir tratamiento de conductos (endodoncia). Asimismo, cuando una pieza está muy restaurada o fracturada y la dentina está comprometida, la opción protésica (corona) puede ser la indicada para eliminar sensibilidad y recuperar función. Siempre valoramos alternativas conservadoras antes de llegar a tratamientos radicales.
Prevención: claves para que la sensibilidad no reaparezca
Prevenir es más eficaz que curar. Recomendamos:
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Rutina de higiene adecuada: técnica de cepillado suave, hilo dental y enjuagues indicados.
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Control dietético: reducir frecuencia de alimentos ácidos, ingerir frutas y bebidas en comidas y no picotear constantemente.
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Protección del esmalte: evitar hábitos para funcionales; usar férula si bruxas.
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Visitas periódicas: revisiones semestrales para detectar erosión, recesiones o restauraciones defectuosas cuando aún son manejables.
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Tratamientos preventivos en clínica: aplicaciones periódicas de flúor o selladores en zonas de riesgo.
Casos especiales: sensibilidad tras blanqueamiento y en implantes/prótesis
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Tras blanqueamiento dental profesional o casero, es frecuente una sensibilidad transitoria. Indicamos pastas Desensibilizantes y geles con flúor; suele remitir en días o semanas.
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En pacientes con implantes o prótesis, la sensibilidad en dientes adyacentes puede estar relacionada con sobrecargas o ajustes oclusales; la evaluación protésica y oclusal es crucial.
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Pacientes con reflujo gastroesofágico o bulimia pueden presentar erosión severa; el abordaje debe ser multidisciplinar (médico-digestivo + odontólogo) y con medidas para reducir la exposición ácida.

Preguntas frecuentes (FAQs)
¿La sensibilidad dental siempre significa que debo hacerme una endodoncia?
No. La mayoría de sensibilidades son reversibles y responden a tratamientos conservadores. La endodoncia se reserva para pulpas comprometidas o dolor persistente con signos patológicos.
¿Cuánto tarda en mejorar la sensibilidad con una pasta desensibilizante?
Suele notarse mejora entre 2 y 4 semanas de uso continuado, aunque algunos productos ofrecen alivio parcial en días.
¿Puedo usar clorohexidina si tengo sensibilidad?
La clorhexidina se usa para controlar gingivitis o tras procedimientos; no actúa directamente sobre la sensibilidad y su uso crónico no es recomendable por tinciones. Sigue la indicación profesional.
¿La sensibilidad se puede prevenir completamente?
Aunque no siempre se puede eliminar el riesgo (p. ej., genética o reflujo), una combinación de medidas preventivas reduce significativamente su aparición y gravedad.
¿Qué hago si siento un dolor punzante al beber frío?
Evita el estímulo, reduce alimentos ácidos, usa pasta desensibilizarte y pide una cita para evaluación profesional cuanto antes.
La sensibilidad dental es un problema común pero tratable. Con un diagnóstico preciso y un plan combinado medidas domiciliarias, tratamientos profesionales y prevención personalizada la mayoría de pacientes recupera comfort y funcionalidad en pocas semanas. En Instituto Orgaz Dental realizamos una evaluación completa, identificamos la causa real y proponemos la solución menos invasiva y más efectiva para tu caso. Si la sensibilidad te limita, pide tu cita: te ofreceremos un plan claro, efectivo y pensado para que vuelvas a sonreír y disfrutar sin dolor.